jueves, 2 de abril de 2009

Solsticios y Equinoccios

Mauricio A:.M:.
V:.M:. le agradezco la oportunidad que me brinda en la noche de hoy de compartir con todos mis HH:. Algunas reflexiones en torno al motivo que el día de hoy nos congrega.Al igual que nosotros en muchas partes del mundo en Tenidas Fraternales HH:. Masones se reúnen alrededor de los días 21 y 22 de junio de cada año. El solsticio de verano se le conoce también como San Juan Evangelista o San Juan de Verano; y el solsticio de invierno como San Juan Bautista o San Juan de Invierno. En este acontecimiento vivimos la noche más corta y el día más largo del año, y mientras que en el hemisferio norte sucede lo contrario.

Desde mi personal punto de vista esto lo hacemos emulando a los primeros humanos pobladores del planeta, que elevaban su vista al firmamento, escrutando los misterios escondidos de la naturaleza.

Ellos buscaban una respuesta a fenómenos como el de la duración del día y de la noche, como el de los cambios climatológicos experimentados con cada estación del año, como el de los ciclos lunares, como el del fuego producido por la descarga eléctrica del rayo sobre los árboles, luego de la luz del relámpago, y muchos otros más.

Sólo dos veces al año el plano del ecuador coincide con el plano de la eclíptica y por consiguiente, el círculo de iluminación coincide con cada meridiano, propiciando un día de doce horas y una noche de doce horas. Estas fechas se conocen con el nombre de equinoccio. En México en la pirámide denominada El Castillo en Chichen Itzá, en estas fechas alrededor de las cuatro de la tarde los rayos solares van descendiendo escalón por escalón dibujando el cuerpo de una serpiente que remata en la cabeza esculpida de Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, exponiendo el extraordinario avance cultural y astronómico de los mayas.

En otras palabras, entre el 21 y 22 de junio el Sol está más cerca del trópico de Cáncer, es decir, alcanza su máxima altura en el horizonte, aparentando quedarse quieto antes de empezar a bajar y produciendo el día más largo y consecuentemente la noche más breve del año. En este día la luz alcanza su plenitud

De esa forma para la Masonería, los solsticios, son dos festividades especiales, las de los Juanes, uno en cada solsticio. En hebreo Juan es Yohohanan que significa “misericordia de Dios” y “alabanza de Dios”, misericordia por la vía descendente y alabanza por la ascendente.

El solsticio de verano es San Juan el Evangelista que predica el evangelio del amor fraternal. El solsticio de invierno es San Juan Bautista, que es la esperanza de una vida mejor.

En nuestras prácticas y doctrinas asociamos estos fenómenos naturales y son interpretados bajo tres aspectos: cósmico, místico y simbólico.

Cósmico, porque representa a un fenómeno astronómico; místico, porque traza la realidad de un ideal y simbólico con relación al hombre, porque busca la perfección de su espíritu

La Logia es el mundo visible. El sol está en el templo, donde el Venerable Maestro levanta su mallete orientando las actividades del taller. También está la luna y las estrellas y su base adornada por la fuerza y la belleza, que la representa el primer y el segundo vigilante. Sus paredes son azules como la fuerza del deseo y en su lenguaje simbólico reside la gama hermosa de sus enseñanzas, que son las que entrañan los solsticios. Todo él marginado por el azul infinito del cielo. Está proyectada de occidente a oriente y de norte a sur. Nuestros pasos guiados por la tolerancia y la fraternidad van en procura de la luz de oriente.

Así como el ciclo evolutivo de los solsticios, representan la vida y la muerte, así también la francmasonería al recibir al ser tosco e impuro para transformarlo en personalidad con realizaciones que logren una constante perfección, identifica simbólicamente los solsticios que encierran grandes enseñanzas morales, son sus finalidades y principios.

Cuando nosotros vivimos una de las noches más breves del año, los hermanos del hemisferio norte viven la más larga. Cuando nosotros celebramos el solsticio de verano, ellos celebran el de invierno; cuando nosotros vivimos una Navidad temperada y asoleada, ellos no la conciben sino con nieve y frío. Ninguna de estas diferencias es motivo de conflictos entre hermanos y pueblos. Pues hay tolerancia y además nos indica la universalidad de nuestra Augusta Orden.

Específicamente con relación al Solsticio de Verano, se le relaciona directamente con San Juan Bautista, a quién se le atribuye en la Masonería la ciencia de la escuadra y del nivel, útiles imprescindibles para que los cimientos de toda construcción se encuentre perfectamente allanada y encuadrada, simbolismo que se refiere claramente al trabajo de rectificación que cada uno debe ejercer consigo mismo, rememorando el momento de nuestra Iniciación Masónica en el que en la Cámara de Reflexiones confrontados con los símbolos de la muerte y del lema hermético VITRIOL (Visita el Interior de la Tierra y Rectificando Encontrarás la Piedra Oculta), procedemos a redactar nuestro testamento masónico.

Los dos solsticios marcan así la división del ciclo anual en dos mitades, una ascendente y otra descendente, que reflejan de alguna forma la Ley Universal de todo lo que sube baja, y el principio hermético de como es arriba es abajo y que representan las dos fuerzas (ying-yang, inspiración-expiración, masculino-femenino, positivo-negativo) que realizan en ciclo completo, pero también los dos puntos en que se detiene el movimiento y por lo tanto el tiempo, que en el fenómeno solsticial se refrenda con lo que inversamente sucede en el hemisferio boreal y austral y que en este mismo Templo está representado en el piso ajedrezado (entre muchos otros símbolos).

Los solsticios son momentos con universalidad patente y de cuya celebración tenemos el testimonio de festividades exóterico-religiosas y en algunos casos, una aproximación esóterica, traducida en símbolos y ritos, que de forma general representan el drama de la muerte y resurrección del Sol.

Nuestra Augusta Orden, como legítima heredera de la Tradición Primordial, hace suyas esas especulaciones en torno al cosmos, al logos, al universo entero, interpretándolas simbólicamente y modelándolas en la Logia Masónica. Así, el Sol es un símbolo masónico de gran importancia.
Nuestros rituales de apertura nos indican que así como el Sol se sitúa en el Oriente para iniciar e iluminar el día, el Venerable Maestro está situado allí para abrir su Logia e ilustrarnos con sus Luces y conocimientos en Francmasonería. Asimismo, con relación a las luces menores se indica que así como el Sol gobierna el día y la Luna la noche, el Venerable Maestro preside y gobierna su Logia.

En suma HH:. míos para retomar con fuerza y vigor el compromiso adquirido por nuestra libre voluntad y consentimiento de obrar con nosotros mismos, con nuestros iguales y con el G:. A:. D:. U:. por medio de una conducta correcta, pasos nivelados y justas intenciones, para poder ascender a esas moradas inmortales de donde irradia toda virtud.

ES MI PALABRA V:. M:.
Mauricio A:. M:.
23-03-09


Bibliografía Consultada:
  • Símbolo, Rito, Iniciación (La Cosmogonía Masónica).
  • Siete Maestros Masones.
  • Ediciones Obelisco.
  • Barcelona, España. 1992.
  • Emulation Ritual
  • Allan Publishing Lewis Masonic
  • London, England. 2001
  • Diccionario Akal de Francmasonería
  • Juan Carlos Daza
  • Editorial Akal
  • Madrid, España. 1997
  • Trazado Los Solsticios y Nuestra Augusta Orden.
  • H.•. Pedro Santelices
  • R.•. L.•. Pitágoras No. 479
  • Publicado en la Revista Masónica de Chile.
  • Año LII marzo-abril 1975
  • Números 1 y 2, páginas 14 y 15.
  • Or.•. Santiago de Chile.
  • La Coyolxauhqui, una de las grandes manifestaciones escultóricas del arte mexica.
  • Eduardo Matos Moctezuma
  • http://www.cnart.mx/cnca/nuevo/reporta/coyolxau.html

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