El viento golpea la ventana, el agua repica en el jardín, una sobrecama de estrellas cubre el frío espiritual de la humanidad, la tierra absorbe de los cadáveres los elementos constitutivos para que la vida asuma nuevamente sus mutaciones constantes. Mientras desde mi particular visión me confronta la idea de Dios, trastoca mis pensamientos, me rompe y me reconstruye diferente con otras particularidades que no había conocido en mí.Para Federico Nietzsche, dios ha muerto, en complicados sistemas filosóficos que lo único que hacen es ratificar su existencia, en su yo más íntimo; como puede morir algo o alguien que no ha vivido, tal vez lo que Nietzsche afirmó es; “Dios para mí a muerto”, esto por el desencanto que produjeron en una época y que todavía producen, los falsos intérpretes de dios, los curas y también por su genialidad propia, remanente de la locura. La pregunta que en todo caso queda suelta es “Dios ha muerto... ?”. Lo cierto es que afirmar la muerte de Dios, a mi modo de ver las cosas, es humanizarlo, darle coyunturas por las que se asemeja al hombre y cae en los mismos errores y aciertos, que cada uno de nosotros. Si Dios puede errar por qué yo no puedo ser Dios, esa es la esencia primera de este trabajo o dicho de otra forma: Si dios ha muerto por qué yo no puedo ser inmortal y divino.
Para Osho: “La vida es el único dios”, por lo que hay que vivirla tan intensamente como si el mundo se fuera acabar mañana, vivir en una eclosión de sensaciones, en este milagro y entender por qué vivimos. ¿ Vivimos para fornicar, para comer, para tener plata, vivimos para ser poderosos . . .?; ¡No¡, el mensaje de Osho, más bien lo entiendo vivo para ser feliz sin complicarme la vida, sin tener cruces que cargar, ni muertos que redimir, vivo y cada palpitar es el palpitar de un dios, pero el mensaje todavía esta incompleto, su lectura no permite que trascienda al éter el pensamiento y se eleve. Dentro de un plano eminentemente material la vida es un accidente maravilloso, en constante mutación y el hombre la más avanzada especie, es el resultado de ello, en este contexto la muerte es solo parte del juego y dios no existe. Por lo que el principal propósito de vida es la sobre vivencia de la especie y la manutención del equilibrio con otras especies, hasta llegar a planos superiores de evolución física y mental. En este punto, surge el gran vacío personal; qué va a ser de mí cuando cumpla el ciclo, qué pasa con mi yo particular, mi cuerpo será sólo majar de natura o hay algo más y mi pensamiento y acción trascienden la muerte; este sentimiento de vacío, miedo, angustia y desesperación que todos y cada uno de nosotros hemos sentido, es la primera causa para pensar en dios con seriedad, porque hay que reconocer que si no existieran negaciones contundentes en el camino, quizá el concepto de dios no hubiese sido descubierto, y su existencia sería paralela e imperceptible, esta es la segunda esencia de este trabajo: la negación de la felicidad es la matriz conceptual de dios.
Los curas, en su afán de dominar al ser humano, en la castración de su albedrío con el prejuicio del pecado, han inventado un dios terrible, sado-masoquista, hijo único, que vino a la materialidad a caer en la tentación y flagelarse por ello, que es un poco adicto al vino y a la oración. Estos seres abominables de la sotana han mentido la verdadera trascendencia de Jesús, han deformado las palabras del Maestro y por poco le castran y casi lo han logrado en la memoria colectiva. Y no son solo los curas es la religión oficial y estructurada de cualquier cultura que en la coyuntura del poder ha manipulado y manipulan el miedo de la gente, la desesperación ante la muerte y el silencio ante los vacíos de la vida, esta es la tercera esencia de este trabajo; el nombre de dios es la mejor cadena para mantener la prepotencia y la injusticia.
¿Pero quién es realmente dios?, Qué, dentro del principio universal de la vida al menos como la conozco y la entiendo, lo que no ha muerto cambia, si dios vive esta cambiando, mutando y evolucionando. No es como nos dicen, un elemento terminado; no él al igual que nosotros es una piedra en la mesa de su propio ingenio tallando y puliendo los vértices; y, fundamentalmente dentro del principio del metalismo concordante con el de la unidad, existe en el universo una unidad y equilibrio en la diversidad, todo parte del uno y se bifurca en contrarios para encontrar el equilibrio en la confrontación. Aquí el cuarto principio de este trabajo, todos y todo esta entrelazado y sujeto a leyes de equilibrio universal además todos y todo somos esencia divida, parte de la mente.
A lo que quiero llegar hermanos desde mi particular verdad es, a plantearles que todos y cada uno de nosotros estamos formados por la esencia de ese uno, que todos y cada uno de nosotros somos una célula de ese gran cuerpo, con la única diferencia que nosotros decidimos si esa sustancia muere o no, o cuánto se demora en llegar a una etapa o plano superior. En resumen hermanos todos y cada uno de nosotros somos Dios, cuando me preguntan dónde esta Dios, no debo decir en mi corazón solamente, sino aquí frente a ustedes, o al menos el dios que seré después de que pula mi piedra bruta, aquí esta la esencia de dios y la estoy buscando cada día con trabajo, superando los miedos y los fetichismos religiosos. Este es el quito principio de mi trabajo reconocerme como dios me acerca a serlo.
Amo a Bach, porque en sus textos que aparentemente son textos para niños esta la verdad, la que entiendo y digiero cada día, el plantea que la vida es un espacio para aprender y lo creo; creo que estamos aquí solo para aprender, para trascender nuestros miedos, para entender que somos esencia, grandes y que este estuche es solo parte de la prueba. Por lo expuesto y hablando dentro de nuestros simbolismo el bien es el cincel y el mal el mazo, con el que nos golpea el uno para que aprendamos (Sexto Principio). De lo que se desprende que estas dos fuerzas reales y contrarias en la naturaleza en realidad parten del uno, interactúan y de ahí obtienen un producto elaborado, el dios reconocido, iniciado y aceptado por la esencia particular, el dios yo.
Realmente no sé cuando tarde en asimilar realmente mi divinidad ni cuanto tarden ustedes en comprenderla, pero al igual que mi maestro Jesús, ya he dado mis primeros pasos para armonizar y transmutar la piedra junto al uno universal.
Para finalizar quiero acotar que la iniciación es el primer paso a ese reconocimiento en uno de lo que se desprende el séptimo principio de mi trazado el inicio de mi divinidad recayó en la muerte de mi humanidad.
Gabriel Cisneros Abedrabbo
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